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Plástica castrexa

Cartel

La cultura castreña, como manifestación autóctona del noroeste peninsular, en el marco de la Edad del Hierro europea, abarca un período de casi mil años, desde sus inicios al final de la Edad del Bronce, alrededor del siglo VIII a. C., hasta la plena implantación romana en el siglo II d. C.

Los antecedentes de la plástica castreña, que tiene su desarrollo entre mediados del siglo I a. C. y mediados del I d. C., tienen su origen en la fase media de la cultura castrexa (siglo IV a. C.), cuando se intensifican las relaciones con el mundo mediterráneo y se produce una mayor complejidad social. Sus motivos decorativos, presentes también en la orfebrería, en la metalurgia y en la cerámica, tendrían un valor simbólico que se iría diluyendo con el paso del tiempo.

Bajo esta denominación se incluyen una diversa serie de muestras de variada funcionalidad e interpretación, como las estatuas de guerreros sedentes, cabezas cortadas o los elementos constructivos dominados por las formas geométricas, quizás todas policromadas en origen, con múltiples combinaciones que en conjunto constituyen una expresión de esta sociedad con un estilo homogéneo y personalidad propia.

La escultura en piedra es una de las manifestaciones artísticas más genuinas y sugerentes de la cultura castreña del noroeste. Este arte aparece casi exclusivamente en el área meridional de esta civilización, el actual sur de Galicia y el norte de Portugal. Gran parte del arte castreño se concibió para ennoblecer las construcciones del poblado, preferentemente con motivos cordados o entrelazados se trabajaron jambas y linteles de las puertas de los inmuebles, la zona más singular y que estructuralmente debía ser más consistente.

La exposición, organizada por el Museo Arqueológico Provincial de Ourense, puede visitarse en la sala Afundación, Plaza Mayor 4, Ourense.