El convento compostelano de San Francisco, fundado en el año 1214, acoge en uno de sus claustros la exposición estable del Museo de Tierra Santa. Además de disfrutar del edificio, ejemplo del barroco gallego, la visita supone una oportunidad única de conocer la cultura del Próximo Oriente, ya que se presenta un recorrido por todos los momentos históricos de los lugares santos de la Biblia.

A través de las piezas expuestas provenientes en su totalidad de Tierra Santa, podemos conocer períodos tan remotos como el Paleolítico y, partiendo de él, todo el proceso histórico que sufrió la zona hasta la actualidad. Los fondos expuestos explican culturas tan alejadas en el tiempo como imprescindibles para entender nuestra propia historia, convirtiéndose así el museo en un puente cultural que enlaza las ciudades de Santiago y Jerusalén, ya unidas históricamente por ser dos de los principales centros de peregrinación.

La exposición permanente del Museo de Tierra Santa se articuló en tres secciones:

'Pasado remoto' incluye los períodos desde el Paleolítico hasta la dominación romana. 

Desde el siglo I la. C. hasta la Primera Guerra Mundial: romanos, bizantinos, árabes y turcos fueron los encargados de configurar la historia de Jerusalén, civilizaciones representadas en la sección 'Jerusalén codiciada'.

Y bajo el epígrafe 'Convivencia actual' se muestran las variadas religiones y culturas presentes en la actual Jerusalén: judía, musulmana, y cristiana.

Completan este recorrido maquetas de los edificios históricos (principalmente la Basílica del Santo Sepulcro) y actuales más significativos, junto con una valiosa colección numismática que muestra las monedas usadas en la zona desde las acuñadas por Alexandro Magno hasta las actuales.

'Presente en Tierra Santa' muestra los trabajos artesanales de la zona, hechos en nácara y madera de olivo.