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Diego Santomé. Pieza de esquina y otros espacios en conflicto Comisaria: Agar Ledo

Diego Santomé

Las estrategias discursivas sobre las que se asienta la obra de Diego Santomé (Vigo, 1966) están directamente vinculadas a los conceptos de utopía y fracaso, equilibrio e inestabilidad. Tanto en la elección de los materiales como en el proceso de trabajo, Santomé parte de cuestiones ligadas a las circunstancias cotidianas y a su transformación, mostrando la posibilidad/imposibilidad de un nuevo orden en el que la sociedad alcance un equilibrio.

El proyecto para el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) reúne una serie de piezas —algunas existentes, otras realizadas específicamente para esta exposición— que resumen las preocupaciones presentes en su trabajo durante la última década. El cine, la fotografía, la instalación, la escultura, la performance o el dibujo son formatos que le permiten abordar, desde un posicionamiento crítico, la transitoriedad de las estructuras y de la sociedad. Las formas simples, ligadas a la estética minimalista que ha caracterizado su producción desde los inicios, y el carácter efímero de materiales u objetos encontrados son fundamentales en la construcción de nuevos significados. Lo simple e intrascendente, lo provisional, se traduce en la posibilidad de grandes cambios.

En 2009, Diego Santomé comisarió una exposición titulada La importancia del pez cebra (Galería Parra & Romero). Reunió a una serie de artistas que formalizan su trabajo a partir de materiales simples vinculados al contexto social y político del que provienen. El pez cebra, un pez en apariencia insignificante que sin embargo representa una llave importantísima para los avances científicos en lo que a genética se refiere, funciona como metáfora de las implicaciones sociales que esa simplicidad posee.

Estas nuevas narrativas, asociadas a la naturaleza efímera de los objetos, están presentes en piezas como Vidrieras (2011), construida a partir de fragmentos de cristales hallados en diversas zonas de escombros y derribo, o en la película Castillos de arena (2008), en la que Santomé retrata el día a día de dos inmigrantes checos que se ganan la vida en Playa América (Nigrán, Pontevedra) esculpiendo un castillo y asistiendo impasibles al proceso cíclico de su destrucción. Uno de los nuevos proyectos que presenta en esta exposición es una película que traza, como un reflejo, un paralelismo entre el peligro de extinción del galápago europeo en el ecosistema de As Gándaras de Budiño (O Porriño, Pontevedra) y los ideales que sustentan la construcción de una sociedad más justa. Son procesos de desocultación de una realidad que emerge como fracaso de las utopías sociales, cuyas huellas recupera Diego Santomé para reflexionar sobre la posibilidad de reconstruirlas.